Serás atendido con mi mayor afabilidad, mi pasión y con mi implicación … todo ello rodeado por la máxima discreción que merece un caballero como tú, que eres exigente y te gusta la calidad.

Los contenidos ideológicos de heteronormatividad acaban traduciéndose en institucionalidad política y conductas sociales de marginalización, prosecución o invisibilidad contra quienes no se acomoden al modelo binario usual.

Existe la vomitiva y abominable costumbre, de estimar ser convidadas a todo. Quiénes acceden a esto, están degradándose como hombres, considerando a ellas un premio y no merecen otra calificación pero que tontos. Un acto que estimo sexismo anacrónico y caduco.

Las áreas más comunes en la superficie del cuerpo de una mujer incluyen su pelo, cuello, orejas, labios, senos, axilas, estómago, la piel que cubre la columna vertebral, su trasero, vulva, piernas y pies.

Me gusta retozar con mi amante en la cama, me desenvuelvo muy bien en cuestiones de sexo y, es que en el amor, me encanta el disfrute bilateral … los dos, como si fuéramos novios y disfrutando de nuestro instante como si fuera el último.

Aspectos que hay tener en cuenta: Hay que distinguir si la eyaculación diferida es de origen orgánico o bien psicógeno o si puede existir un conflicto de no aceptación de la homosexualidad. La salud psicosexual está en juego.

La mujer nos desconcierta nuevamente. Parecemos estar como al comienzo. Ahora bien, ¿no avanzaríamos más si nos preguntásemos de qué manera pueden beneficiar más a sus genes el hombre y la mujer de forma separada? ¿Y si su mejor estrategia reproductiva posible fuera diferente?

El amor es como dicen ciertos creyentes en relación a su fe, es aquello que a nuestros ojos no podemos ver mas que tenemos la certidumbre de que existe, que forma intrínsecamente de ti. El amor llega para quedarse, para asentarse en aquellos que están prestos a compartirlo.

Hola soy Marisol una chica sexy, sensual y elegante, con ganas de conocer a señores con los que compartir buenos momentos, cargados de erotismo y pasión.

A la mayoría de nosotros nos agrada creer que lo que nos unió a nuestra pareja fue su mirada inocente o bien zorrilla, su voz seductora y cristalina, su risa, su figura o su sex appeal. Pero la verdad es que, a fin de cuentas, nada de eso importa.